Edificios y lugares en peligro


“Villa Bilbao”

En el Alto de Miracruz, dominando el centro de una amplia parcela ajardinada, se levanta “Villa Bilbao”, reconocida obra del excelente arquitecto donostiarra Eugenio Aguinaga. Se trata de una lujosa vivienda unifamiliar de dos plantas, proyectada en 1958, que en nada desmerece a las mejores realizaciones del llamado “estilo internacional” , que caracterizó en su tiempo a este tipo de casas de campo, y a las que el autor supo imprimir su personal impronta fruto de su buen hacer, rigor y versatilidad. 

Definida por su marcada horizontalidad, una configuración a base de dos cuerpos desplazados entre sí que, sirven para diferenciar sus distintos usos, aligera y dinamiza el inmueble. En el interior, un sistema estructural mixto de muros de carga perimetrales y pilares de hormigón permite interesantes y prácticas variaciones en la disposición de sus espacios. En el exterior, la alternancia de muros de ladrillo pintados y de mampostería de lajas, contribuye a acrecentar el interés plástico y la armónica elegancia de una obra intemporal, que hoy día mantiene plena su vigencia.

La versatilidad de su estructura, las inovadoras soluciones técnicas, junto a la calidad en la valoración de las texturas y combinaciones de los materiales empleados, convierten a esta Villa en un brillante ejemplo de la mejor arquitectura local. Si a esto añadimos su respetuosa integración en el conjunto del área de la “Ciudad Jardin” donde se emplaza, nos encontramos con un elemento único del patrimonio urbanístico de la ciudad, que merece conservarse, en la que estudiantes y profesionales de la Arquitectura, mucho pueden aprender de los amplios conocimientos de un autor especializado en viviendas unifamiliares y bloques pequeños. 
    
Los seis apartamentos que van a construir tras su derribo, además de contravenir las disposiciones del Plan General de Ordenación Urbana para el área, afectaran muy negativamente a un entorno de villas ajardinadas y calles estrechas, no preparado para tal incremento en su densificación edificatoria.

Arquitecto guipuzcoano racionalista nacido en Donostia-San Sebastián e1 25 de octubre de 1910, primo de Aizpurua, Eugenio Aguinaga estudió en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, graduándose en 1934, ganando varios concursos antes de 1936. Colaboró con su primo en varios proyectos de Cartagena y Madrid (1934). Su casa “Sollube” de San Sebastián, incluida en el catálogo del PEPPUC municipal, fue edificada entre 1934-1937.

Tras la guerra civil de 1936-1939, ganó la oposición de arquitecto provincial de Vizcaya, que ejerció hasta 1953. Fue autor de un gran número de hoteles particulares en la zona de Neguri y Algorta (Getxo) y de edificios de viviendas, sanitarios, industriales y públicos, cines y centros comerciales en Bilbao, Donostia-San Sebastián, Madrid, Valencia y Tánger. Académico de Bellas Artes, autor de numerosas publicaciones teóricas, publicó multitud de artículos en revistas técnicas como “Vitrum”, “Gran Madrid”, “Nueva Forma”, “Arquitectura” y “Arte y Hogar”.

Premio Pedro de Asúa (1965) por su obra del Chalet del Golf de Neguri, fue galardonado con  la Encomienda del Mérito civil por los trabajos realizados para la Diputación de Vizcaya.







Edificio residencial calle Matía nº 14

Inmueble entre medianeras de tres plantas mas otra bajo cubierta. Constituye uno de los escasos ejemplos de un tipo de arquitectura de aire colonial y pequeña escala, que antecede en el tiempo a los demás edificios de su entorno. Destaca  el uso del color que acentúa los detalles, la elegante sencillez  de los balcones, y los re-cercos de las ventanas que quedan unidos en la última planta mediante una banda horizontal que recorre toda la fachada. 

Sin catalogar y carente de toda protección ha sido adquirida por una empresa inmobiliaria para transformarla en un moderno e impersonal edifcio de seis plantas, cuando podría haberse reformado
e incluso añadido algún discreto levante.





Cerro de San Bartolomé

A pesar de las sentencias judiciales que protegen el Cerro y los elementos que le confieren su valor cultural e histórico, el actual Gobierno Municipal promueve una modificación del PGOU referida a este ámbito que supone entre otros: el derribo de Villa Zerutxo, la construcción de un gran aparcamiento subterráneo y de un centro comercial de 8.000 metros cuadrados en su ladera norte. Además de ratificar la prevista demolición de los edificios de la Pza. y calle Easo, se pretende el expolio de la Iglesia, la partición y derribo de la mitad Sur del Convento, y la sustitución de la Casa de Baños por un edificio residencial de seis alturas.

La Asociación considera que esta modificación del Plan General de Ordenación Urbana, carece de una justificación desde el punto de vista de la utilidad social a la que se debe cualquier ordenamiento urbano y de la necesidad urbanística planteada por el Plan General.

Las compensaciones edificatorias de la operación del Cerro de San Bartolomé ya estaban resueltas y los derechos de propiedad atendidos con el uso residencial del antiguo convento. Las intervenciones que ahora se proponen no aportan nada en beneficio de la ciudad, sino todo lo contrario. 

Se han presentado las oportunas alegaciones, pero el proyecto ha sido refrendado en primera instancia por todos los grupos políticos. Solo queda acudir a la justicia y hacer que se cumplan las sentencias del Tribunal Superior del País Vasco y del Tribunal Supremo del Estado. Para ello se solicita la ayuda altruista de personas interesadas, especialmente de abogados o conocedores de los procedimientos judiciales.





Tabacalera

Diseñado como un espacio productivo en el que la funcionalidad constituía la prioridad máxima, el edificio de Tabacalera recuerda por sus dimensiones, diseño y aspecto exterior a un conjunto palacial en el que desde el exterior difícilmente se adivina el objeto para el que fue creado. Combina perfectamente un lenguaje arquitectónico fabril –reflejado en la distribución racional y funcional de los espacios y en el empleo de fórmulas constructivas  típicamente industriales– con una estética propia de las factorías-palacio, manifiesta en la belleza de sus líneas y la riqueza de sus materiales.

En su construcción no hubo sitio para la improvisación, observándose un clasicismo barroco atento a la regularidad y proporción, basado en un módulo cuadrado de repetición. Se levantó en un recinto vallado de algo más de 13.000 m2con unas dimensiones de 113 x 76 m. Sus dos lados mayores corresponden a la fachada anterior o principal y a la posterior; ésta última da al muelle de carga de 120 m de longitud al pie de la línea del ferrocarril. 

La simetría de la planta se traslada a la composición de las fachadas, siendo la zaguera fiel reflejo del frente principal. El edificio monumental sigue el canon ya establecido y ensayado en otras fábricas de tabacos, formado por tres crujías longitudinales y otras tantas transversales, insertas en un cuadrado crean cuatro patios abiertos y un quinto de menores dimensiones detrás de la escalera central. Cada crujía se cubre a cuatro aguas sobre armadura de hierro, cubierta que en la escalinata central se abre con grandes claraboyas que iluminan el interior. 

El edificio se eleva en tres pisos, más un ático en el cuerpo central. La cimentación del edificio es de mampostería y hormigón hidráulico, especial para terrenos fangosos. En todos los pisos hay columnas de fundición, salvo en el sótano, donde son potentes pilares de sillería. Los muros del sótano son de mampostería hidráulica; los zócalos y el basamento de piedra de sillería de Mutriku, y los paramentos exteriores de sillería, y en el interior son cajones de mampostería colocados por hiladas alternadas. El conjunto presenta un desarrollo horizontal dominante que se interrumpe en el tramo central, donde se ubica el cuerpo de acceso, en cuatro alturas con remate de espadaña en la fachada trasera y reloj en la delantera. 

Con un acceso monumental con claras referencias a las entradas de carruajes palaciales. Se decora con el escudo de la corona rodeada de decoración vegetal. De la misma inspiración barroca participa la escalera, pieza clave de la construcción, articuladora de espacios y generadora de huecos y vacíos, que conduce a la entrada monumental de la fábrica. Su doble tiro, con piso de madera y barandilla de hierro forjado desemboca en el segundo piso en un gran vestíbulo con lucernario central que distribuye el personal a todos los talleres. 

Los paramentos de las fachadas exteriores –muy cuidados, con sillares labrados a la vista– presentan una diferenciación clara entre la planta baja y los pisos nobles. La primera se presenta como un gran zócalo rasgado con vanos sin apenas aparato decorativo. La iluminación, muy importante dado el trabajo manufacturero desarrollado, se logra con grandes ventanales de arco de medio punto, que en las esquinas y en la parte central presentan decoración más elaborada que en el resto, adovelados y coronados con volutas vegetales. Con  ello, y a pesar de la repetición de unmismo módulo, se logra romper la monotonía siempre desde una perspectiva atemperada. La balconada de piedra se reserva para los vanos del segundo y tercer piso y hay también balconada corrida a modo de guardapolvos del escudo en la puerta de ingreso.

Las diferentes crujías, largos corredores de plantas diáfanas, imponentes, se iluminan también en sus otras fachadas con la misma tipología de vanos: amplios ventanales sin decoración que se abren hacia los patios de donde reciben la luz exterior. 

Abandonada su dedicación industrial, el edificio de Tabacalera destaca por su gran monumentalidad y la riqueza de los materiales empleados en él, pero también por la sencillez de su composición, en la que se observa un diseño de ascendencia clasicista, muy académica en su concepción, y a la vez con criterios funcionales fundamentales en la época en la que se proyectó y construyó. Es además único y singular dentro del patrimonio de arquitectura industrial vasca. En 2006 se anunció su reconversión en Centro de Cultura Contemporánea. Desde entonces el edificio fabril, va perdiendo de modo acelerado su fuerte personalidad.


Desde un principio se aseguró por parte de las entidades y representantes públicos que se respetaría la configuración original del edificio de Tabacalera, ya que además de ser un elemento de alto valor histórico y artístico, había en su amplio interior espacio para todos los usos previstos. Hace un año se modificó el régimen de protección del edificio permitiendo elevaciones en altura que, se nos dijo, consistirían en un pequeño elemento decorativo acristalado que, como un moderno faro de cultura proyectaría su luz sobre la ciudad. 

Ahora nos enteramos de que no era luz, ni modernidad, lo que se proyectaba, sino un desmesurado restaurante privado de trece metros de altura, que distorsiona y degrada totalmente la imagen del histórico inmueble y de su entorno. El que se haya suprimido la prohibición de levantes, consustancial al grado de protección que ostenta el inmueble, con el único objeto de procurar mejores vistas a un negocio privado, que nada tiene que ver con los usos culturales previstos, constituye un nuevo ejemplo de la ilegal supeditación del Plan de Protección del Patrimonio recientemente aprobado, a espúreos intereses particulares, contrarios a los generales de la ciudad.

Al igual que sucedió en la terraza del Acuarium y en la Plaza de Zuloaga, en Tabacalera son las propias instituciones las que arruinan, la integridad formal, el valor cultural, y la escala, de uno de los espacios más estratégicos de la ciudad, y de uno de sus edificios más valiosos.

Esta continua depredación del patrimonio arquitectónico y de las cualidades urbanas de la ciudad, que sufrimos, parece no tener fin ni solución, con una clase política que antepone sus personales conveniencias, a los derechos, aspiraciones y bienestar de unos ciudadanos cada vez más desprotegidos y defraudados.






Teatro Bellas Artes

Edificio singular en la confluencia con las calles Prim y Urbieta, en un lugar que ofrece dos perspectivas en profundidad. Ramón Cortazar lo proyectó en 1914, siendo consciente de la importancia de ese ángulo, como se comprueba por el efecto que produce la gran cúpula en ese punto.

El teatro es un producto del eclecticismo y de edificios significativos que se construyen con medios modestos pero que manifiestan su importancia a través de formas a gran escala como respuesta a visiones en lejanía.

El tamaño de la cúpula es acorde con sus grandes machones de apoyo, con una altura de cuatro plantas, como estructuras que la elevan desde el suelo acentuando el efecto de solidez de la forma. Es el fragmento más relevante de la obra, reconocible como una parte adelantada y de mayor entidad respecto al resto de la construcción. Las demás formas, tribuna, ojos de buey, guirnaldas, etc., se encuentran también en la linea de las arquitecturas representativas. Su patio de butacas, su anfiteatro de herradura y su escena bajo la gran altura de la cúpula encajan perfectamente con la forma del solar.
Guia de Arquitectura de Gipuzkoa. 

Aunque en la actualidad el edificio está desvirtuado por efecto de una desafortunada remodelación, debidamente restaurado volvería a convertirse en una de las más importantes y representativas obras de la arquitectura de la ciudad. El Gobierno Municipal viene desde hace años contemplando su derribo, que recientemente se ha vuelto a plantear.

Actualmente sin uso y en un progresivo proceso de deterioro, la Asociación reclama que se restaure, devolviéndole a su estado original y dotándole de una utilidad de caracter social o cultural acorde con el fin para el que fué creado.

Tras una larga campaña en su favor, el Gobierno Vasco inició el pasado 8 de Septiembre la tramitación de declaración del inmueble como Bien de Interés Cultural. Esto supone la prohibición de su derribo (como pretendía el Ayuntamiento), y la conservación de su estructura general y parte de su interior. La publicación de esta medida en el BOPV del 12 de Septiembre del 2014 abría un plazo de 20 días para la presentación de alegaciones.

Actualmente la empresa propietaria SADE, ha logrado que las instituciones encargadas de velar por su
protección y mantenimiento le permitan derruir gran parte de la cúpula, haciéndose con ello cómplices
de la estrategia de la propiedad de lograr una declaración de ruina que le permita derribar el edificio
y levantar un hotel en su lugar.



Palacio de Aiete 

El Palacio de Aiete, construido por los duques de Bailén en 1878, fué residencia de los reyes Isabel II, y Alfonso XII, Maria Cristina y Alfonso XIII entre los años 1887 y 1893, momento en el que se construyó el Palacio de Miramar. De inspiración Neoclásica es uno de los edificios más valiosos de San Sebastián. Refleja, como toda la ciudad, el gusto y el estilo de finales del siglo XIX. A pesar de la cantidad y calidad de lo construido en esa época, el Palacio de Aiete, es el único que se había salvado hasta ahora de la continua y generalizada destrucción.

Los jardines, fueron diseñados por el jardinero real Ducasse siguiendo el estilo inglés, aunque en las zonas más cercanas al Palacio estos sean de tipo más clásico. Los jardines de época han adquirido en los últimos años una gran importancia en toda Europa, y más si son de firma, como en el caso del Palacio de Aiete. Existe en los países europeos, una política cultural activa de recuperación respetuosa de jardines históricos públicos y privados.

La unión de palacio y jardín es inseparable, ya que todo forma un conjunto y refleja el modo de pensar, de construir y de vivir del momento histórico que representa. En San Sebastián poseíamos cuatro jardines relevantes de Ducasse: los de la Plaza de Guipúzcoa, los del Palacio Miramar y del Duque de Mandas, declarados con sus respectivos edificios Monumentos Nacionales de Euskadi (ambos muy modificados o destruidos), el de Cristina-Enea, y los jardines de Aiete, conservados en gran medida.

El Palacio conservaba más del 60% de sus muebles originales; el resto fue añadiéndose en las diferentes reformas que ampliaron el volumen del Palacio, pero siempre manteniendo la unidad y el estilo de éste.

A pesar de que la Diputación y el propio Departamento de Jardines del Ayuntamiento presentaron varios informes negativos al respecto, y de que el Conjunto Palaciego, a instancias de un grupo de ciudadanos, ha sido recientemente declarado Conjunto Monumental con la máxima protección prevista por la ley, el alcalde Sr. Odón Elorza ha completado el desmantelamiento de gran parte del interior del Palacio y la excavación de sus jardines para implantar un centro de servicios y diversas oficinas.

La Asociación en Defensa del Patrimonio, rechaza estas lesivas intervenciónes, y exige que el Palacio, se abra al público con todos sus muebles y enseres característicos, como espacio museístico visitable, donde podamos, además de conocer una parte importante de nuestra historia; asistir a conferencias, exposiciones y subastas de arte, y artes aplicadas, oir pequeños conciertos, presentar publicaciones, etc...

Además de pedir se respete el característico mobiliario de la época, y el original diseño de los jardines, pretendemos se recuperen la cascada, los estanques y surtidores, así como los caminos de adoquines y piedritas que completaban el conjunto palaciego dotándole de un singular encanto.




Estación del Norte

Su fachada que se enfrenta al espacio abierto del Paseo de Francia, adquierió una significación mayor como Puerta de la ciudad tras la finalización del puente de Maria Cristina en 1905. La compañía de los Caminos de Hierro del Norte se había fundado en 1857 y entre las obras de la línea Madrid-París se hallaba la Estación del Norte que diseñó en 1863 Letourner. El ingeniero francés Biarez construyó en 1880 la estructura de la cubierta y otras ampliaciones como el hotel. Un año antes, ya había intervenido en el proyecto para la Estación del Norte de Madrid junto a Mercier Ouliac y Eugenio Grasset. Como otras estaciones de la compañía de Caminos de Hierro del Norte, ésta guarda también una línea afrancesada en las formas de las fachadas.

Su elemento principal; la cubierta de andenes, es un ejemplo de las nuevas estructuras de hierro que como símbolos del progreso, se aplicaron a puentes, mercados y estaciones, y que permanecen como diseños estructurales de gran riqueza formal en la definición de las distintas piezas, barras y uniones, que incluso reflejan su comportamiento individual y su función en la estructura de la que forman parte.
Guia de Arquitectura de Gipuzkoa.

Conforma junto con el hotel un conjunto arquitectónico de gran coherencia estética, de los pocos que aún conservan su forma y dimensiones originales. Perfectamente integrado en un entorno urbano de notable valor que mantiene la escala humana, la espacialidad y la belleza que han caracterizado la ciudad.

Además de la construcción de una Estación de Autobuses subterrránea, se preveé la instalación de una enorme estructura de hormigón translúcido sobre los andenes (que ocultaría gran parte de la antigua Tabacalera), la eliminación de uno de sus edificios, y el añadido de un desproporcionado levante al Hotel.

La Asociación propone que se replantee esta intervención y se eviten los gastos, la pérdida de bienes patrimoniales y valores urbanos de la zona, y se potencie su tradicional carácter como lugar de tránsito y encuentro, ampliando el área peatonalizada y despejándola de vehiculos.

Las obras de la estación de autobuses han supuesto el derribo de una de las edificaciones de la estación
y el desmontaje del pórtico columnado que daba paso a la pasarela sobre las vías. Sigue en marcha una recogida de firmas exigiendo su restauración en: https://www.change.org/petitions/ayuntamiento-de-san-sebasti%C3%A1n-reconstruya-las-partes-y-elementos-de-la-estaci%C3%B3n-del-norte-de-san-sebasti%C3%A1n-que-recientemente-ha-destruido-o-desmantelado?share_id=pFMfKNKeyV&utm_source=share_petition&utm_medium=email&utm_campaign=petition_invitation


 Gobierno Municipal de turno.




Palacio Goikoa (antiguo Gobierno Militar)

Expresamos nuestro más firme rechazo a la actuación programada en Goikoa. El edificio únicamente cuenta con una protección de “Grado II” según el vigente Catálogo Municipal, lo que efectivamente permitiría su vaciado interior con la sola conservación de la fachada. Es lamentable que la autonomía de los ayuntamientos en materia urbanística resulte en ocasiones tan mal entendida por las corporaciones locales, hasta el punto de considerar los más elementales principios de protección de su propio patrimonio como un “estorbo” a superar en aras de un supuesto progreso municipal. Nos encontramos ante un proyecto absolutamente irrespetuoso, donde la toma en consideración de los valores integrales del patrimonio edificado se olvida, ante la perspectiva de obtener rentabilidades inmediatas.

La remodelación prevista en Goikoa implica la destrucción de espacios tan significativos como el vestíbulo, la gran escalera monumental y el espectacular salón de la planta noble, que cuentan con suntuosas decoraciones en forja, carpintería y artesonados. La desaparición de estos interiores decimonónicos -en buen estado de conservación- degradará irreversiblemente el valor documental del inmueble, infligiendo una pérdida sensible al ya mermado patrimonio de la ciudad. No es de recibo que aquello que el Ejército supo preservar durante décadas, lo destruya ahora el propio Ayuntamiento de San Sebastián.

El Palacio es un edificio singular dentro de la Parte Vieja donostiarra, calificada con la declaración de Conjunto Monumental (B.O.P.V. 17/09/1987). Está ubicado en un enclave de indiscutible valor paisajístico, que además es zona arqueológica inscrita igualmente con la categoría de Conjunto Monumental en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco (B.O.G. 26/03/1996), pues la construcción se halla asentada en el sector del recinto amurallado donde se alzaba el antiguo “Torreón del Ingente”, que presta su nombre a la actual calle Igentea. El edificio constituye un interesante ejemplo de la arquitectura neoclásica de finales del siglo XIX. Sus líneas son sobrias y elegantes, y sobre todo muy proporcionadas a la escala de las construcciones circundantes. En su entorno inmediato existen otros dos inmuebles que han recibido la calificación de Monumento, como son el Ayuntamiento (B.O.P.V 4/08/1984, nº 132) y el Real Club Náutico (B.O.G. 26/12/2000). Creemos que en un espacio urbano tan cualificado y sensible como éste, cualquier proyecto de modificación exterior (cubiertas, levante, etc) debiera ser inmediatamente descartado.

Por otra parte, estamos ante un inmueble poco y mal conocido, que reclama serias y urgentes investigaciones desde el punto de vista documental. La actual atribución a José Goicoa, mantenida en la Guía de Arquitectura publicada por el Colegio Oficial de Arquitectos y en la monografía del Dr. Mendizábal, José Goikoa, autor de San Sebastián, merece ser revisada. En un artículo de reciente publicación, D. Juan Manuel de Encío Cortázar, sostiene que la paternidad del proyecto correspondió a los capitanes José González Gutiérrez Palacios y Juan de Olavide, quienes actuaron bajo la supervisión permanente del coronel de Ingenieros Paulino Aldaz Goñi. La documentación referente a la construcción del inmueble -muy detallada-, obra en el legajo 688 del Archivo General Militar de Segovia, sito en el Alcázar. El voluminoso expediente abarca los años (1881-1929), e incluye planos generales y de detalle muy minuciosos . Será imprescindible estudiar a fondo dicha documentación con carácter previo a cualquier intervención, pues todo proceso rehabilitador debe abordarse, esencialmente, como un acto de conocimiento.




Antigua clínica San Antonio

Actualmente alberga las oficinas de Osalan.
No fue protegida en el documento del PEPPUC sometido a información pública. Hoy presenta algunas modificaciones sobre su estado original, pero la fachada se conserva en su mayor parte, aunque se le ha añadido una nueva ala en uno de sus laterales y su jardin ha sido convertido en un aparcamiento asfaltado.

El edificio fue permutado al Gobierno Vasco por el Ayuntamiento de San Sebastián en el año 2008 en una operación destinada a reorganizar los edificios municipales. Se  contempla su derribo para la construción de 18 viviendas, cuando estas se pueden habilitar en el propio edificio sin necesidad de demolerlo.





El Palacio de Satrústegui

El Palacio de Satrústegui se sitúa en la ladera del monte Igueldo, formando parte del conjunto residencial que, enmarcando la playa de Ondarreta, constituye una de las zonas más significativas tanto física como visualmente de la ciudad de San Sebastián, siendo uno de los edificios más singulares entre los que se asoman a la bahía. Ejemplo representativo de la arquitectura ecléctica de corte historicista, el edificio se rodea de un magnífico jardín con arbolado, rotondas y caminos proyectado en su día por Ducassé. Constituye, junto al Palacio de Miramar, las dos obras de arquitectura más significativas inspiradas directamente en el Renacimiento Inglés del siglo XVII aunque fueran construidas dos siglos más tarde. La Torre de Satrústegui fue finalizada en 1883, diez años antes que se acabara el Palacio de Miramar, por lo que sirvió a la Reina Regente María Cristina como primera sede de verano tras el ofrecimiento del palacio en 1887 por su fundador don Joaquín Satrústegui. Probablemente la condición más importante de este edificio sea su privilegiado emplazamiento en la ladera del monte Igueldo, orientada al este y protegida de los vientos y sobre la loma más pronunciada, de modo que el palacio se asienta sobre una base llana, que lo enmarca y lo resalta. Sus rasgos más característicos son las dos torres ochavadas y el remate almenado, todo ello en sillería de arenisca, como signos más relacionados con el estilo neorrenacentista. El tema central enmarcado entre las torres está formado por la escalinata doble de acceso, la galería, su terraza superior y el remate de las tres alturas con un escudo central reuniendo las armas del linaje. En el interior del edificio, cuya distribución a partir de planta principal se desarrolla en torno al hueco central de la escalera cubierta en tejado por amplio lucernario, destacan las maderas de pisos y empanelado. En 1920 el arquitecto Francisco Urcola realizó las obras de ampliación de la portería de la finca reproduciendo el estilo y las formas del palacio, así como también es posterior a la construcción del edificio el mirador saliente en la fachada norte. Se trata de un impresionante palacio rodeado de un inmenso jardín diseñado por Pierre Ducasse, al igual que Miramar y Cristina-Enea. Su anterior propietario, el barón de Satrústegui, Enrique Satrústegui Abrisqueta, heredero de los fundadores de la naviera Transatlántica, lo cedió para uso público.

Fué calificado como Bien Cultural con la categoría de Monumento por Decreto 312/1995, de 12 de Junio (B.O.P.V. nº 127 de 05-07-95), que protege partes significativas del interior, como la totalidad del exterior de edificio así como el entorno delimitado en el anexo II del Decreto. El Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Calificado del Ayuntamiento de San Sebastián, le otorga el máximo régimen de protección del Grado I. A pesar de esto, a instancias de una compañía constructora, un reciente decreto emitido por la actual Dirección de Patrimonio del Gobierno Vasco, desprotege el entorno inmediato del Palacio y permite la construcción de un hotel tres veces mayor que el propio palacio, con lo que este quedará disminuido, semioculto, y totalmente desvirtuado.








Oficinas de Victorio Luzuriaga en el barriode Molinao (San Sebastián)

Interesante edificio de oficinas (diseñado por Ricardo Olarán en 1943), que perteneció a la empresa Victorio Luzuriaga. Su fachada principal se encuentra justamente en el límite entre Pasaia y Donostia-San Sebastián. Tiene una longitud de 100 m, por tan sólo 12 m de anchura, con cubierta plana y estructura de hormigón. Contaba originariamente con tres plantas sobre rasante (que era en pendiente), pero las actuaciones urbanísticas realizadas (2008) en los terrenos de las inmediaciones, han levantado varios metros la cota de la calle, de forma que la planta baja ha quedado prácticamente enterrada, constituyendo el actual sótano.

Las dos esquinas exteriores son redondeadas, formulándose tres cuerpos. El cuerpo central simula mayor altura que los laterales, presentando un frontón rectangular que aparenta estar sostenido por pilastras decoradas con volutas. Originariamente este cuerpo poseía tres accesos (actualmente enterrados).
Los huecos de las ventanas de los cuerpos laterales, son únicos y de recorrido horizontal, cerrándose por medio de ligera carpintería metálica acristalada. La planta baja de los cuerpos laterales han perdido también, por enterramiento, sus accesos, excepto en la esquina NE, ya que allí era mayor la cota de la carretera.

Tras el derribo de la Fábrica de Gas, es probablemente el edificio de carácter industrial de mayor valor que posee San Sebastián.
Ref.: Ingeba




Campus de la Universidad de Deusto en Donostia-San Sebastián

Antigua sede del centro de Estudios Universitarios y Técnicos de Guipúzcoa (EUTG) y actualmente de la Universidad de Deusto en San Sebastián. Una de las obras de la arquitectura del siglo XX más originales e interesantes de la ciudad, y de las más emblemáticos proyectos de  Miguel Oriol, arquitecto de gran prestigio.

Su plan original consistió en un conjunto de edificios de diverso volumen, diseño y función (3 torres de despachos (sólo construidas 2), tres conjuntos de aulas -uno de ellos no ejecutado finalmente-, residencia para la Comunidad de Jesuitas, Administración; Biblioteca, Centro de cálculo, etc.) levantados en torno a una original iglesia (dotada de una torre de tres puntas) y de un gran patio central, adaptándose el conjunto de los edificios a la topografía del terreno.Una galería de unión entre los diversos conjuntos de edificios, los materiales constructivos predominantes (ladrillo y teja) y las formas (triangulares y esquinas redondeadas) son los elementos que unifican el conjunto, organizado a su vez en torno a diversos patios secundarios ajardinados.

Se ha demolido totalmente la torre superior y su entorno. El conjunto estaba formado por una torre de nueve plantas y diversas aulas y seminarios, dispuestos en torno a dos pequeños  patios o "claustros" ajardinados. El resto del centro ha sufrido numerosas intervenciones que le dan despojado de gran parte de sus peculiaridades originales. Han sido levantados en su lugar varios edificios fuera de escala e incompatibles con el proyecto original. No se descartan nuevas alteraciones y derribos.
Ref.: Ingeba