Un barco de Hormigón. El día que Le Corbusier visitó San Sebastián

LC en SS j.a. medina murua LARS, cultura y ciudad

LABAYEN, J. y AIZPURUA, J. M., Real Club Náutico de San Sebastián, 1929. GTA Archive, ETH, Zurich.

Charles Eduard Jeanneret, más conocido como Le Corbusier, visitó San Sebastián hacia finales del verano de 1930. Tal y como cuenta José Manuel Aizpúrua al secretario del CIRPAC, Sigfried Giedion, en una carta de octubre de ese año, el maestro suizo habría aprovechado la coyuntura de un viaje por España para visitar el edificio construido por dos de sus más fervientes seguidores en España: el Real Club Náutico de San Sebastián.

Si exceptuamos algún que otro ensayo interiorista, el edificio constituye la primera obra construida del dúo guipuzcoano formado por Joaquín Labayen y José Manuel Aizpúrua y fue inaugurado en verano de1929. Publicaciones como Der Baumeister, Moderne Bauformen, Cahier’s d’art, o el catálogo de lacélebre exposición The Internacional Style comisariada por Johnson y Hichcock, recogieron lasinstantáneas realizadas desde las inmediaciones de la playa de La Concha para mostrar las aspiraciones del nuevo movimiento de arquitectura moderna en España.

Casualmente, Le Corbusier visita San Sebastián escasas semanas antes de que unos jóvenes arquitectos españoles decidan reunirse en Zaragoza para constituir un lobby de arquitectura moderna. Así se lo hace saber también Aizpúrua a Giedion en su carta, donde le escribe: “respecto al grupo Español, el sábado 25 de octubre se constituyó en Zaragoza”. Se trata del GATEPAC –Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles por el Progreso de la Arquitectura Contemporánea– que como ya bien se conoce se organizará en tres grupos, Centro, Este y Norte, liderados por Mercadal, Sert y Aizpúrua respectivamente.

1 Cualquier referencia a esta obra ha de ir sin duda acompañada de una reseña del libro que sobre ella publicó Sanz Esquide, que ha sido determinante en la elaboración de este estudio, a saber: SANZ ESQUIDE, José Ángel, Real Club Náutico de San Sebastián, 1928 - 1929, Colegio de Arquitectos de Almería, 1995.

2 Cfr. AIZPURUA, J. M. a GIEDION, S., carta del 28.10.1930, GTA Archive, ETH, Zúrich. Aizpurua da noticia al Secretario del CIRPAC de la visita de Le Corbusier para conocer el edificio inaugurado en agosto del año anterior.


Existe abundante bibliografía que detalla los distintos episodios del GATEPAC y quizá esté de más glosar todos y cada uno de sus conclusiones en este artículo.3 Por extensión, la particular historia del subgrupo vasco del GATEPAC cuenta con otros estudios que profundizan en su aportación.4 Por lo tanto, más allá de ponderar el alcance de lo que pudo ser y no fue el Grupo Norte del GATEPAC, el artículo trata de ilustrar de manera concreta el calado ideológico de Labayen y Aizpurua. El “apresurado” análisis de su edificio más emblemático y conocido a través de los textos de época publicados es el punto de partida.


Haus oder schiff? 
“Haus oder Schiff? Segelklunhaus in San Sebastian, Spanien”,
en Wasmuth Monatshefte für Baukunst und Stadtebau, mayo de 1932, p. 236

La pregunta que desde la revista Wasmuth Monatshefte für Baukunst und Stadtebau se realiza con motivo de la publicación del Club Náutico de San Sebastián en 1932, pone de relieve uno de los aspectos más evidentes pero menos tratados del edificio. “Haus oder schiff?”, o lo que es lo mismo, “¿Casa o barco?” es el título del artículo que presenta el edificio en esta revista. El texto comienza con una frase de Le Corbusier: “Un arquitecto serio, capaz de mirar como arquitecto (creador de organismos), sabrá encontrar en el trasatlántico la redención de execrables servidumbres centenarias”6. El autor anónimo del artículo comenta la importancia que esta observación ha tenido en los autores y hace lícita la semejanza del edificio con un barco precisamente porque “se trata del edificio de un Club de deportistas náuticos en la playa de San Sebastián.” 7 Asimismo, incluye dos edificios de inspiración náutica en holanda. Uno de De Klerk en Ámsterdam y el otro de Margarette Kropholler en Bergen.

3 Tradicionalmente, tanto Sambricio, Lahuerta, Rovira o Pizza, acumulan serios estudios sobre el grupo. Existen, además, autores más jóvenes como Carolina García Estévez o Oscar Ares que están aportando distintas apreciaciones y matices sobre la compleja historia del grupo.
4 Además de los primeros estudios de Sanz Esquide, el autor de este artículo ha firmado otros estudios como: “Sánchez Arcas y Aizpurua: una relación singular” en A.A.V.V., Manuel Sánchez Arcas, arquitecto, Colección Arquíthemas, núm. 12, Fundación Caja de Arquitectos, Madrid, 2003; “La Libreta de Aizpurua y Labayen” en el Congreso Internacional: 'Modelos alemanes e italianos para España en los años de la postguerra'. Pamplona, marzo de 2004; “Biografía de José Manuel Aizpurua: apuntes familiares” en colaboración con Mª Ángeles Aizpurua para el catálogo de la Exposición, José Manuel Aizpurua, Fotógrafo, La mirada Moderna, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 2004; GATEPAC Grupo Norte: de Basilea a San Sebastián en GATEPAC, 1930-1937, Colegio Oficial de Arquitectos de Zaragoza, 2005.
5 Cfr. “Haus oder Schiff? Segelklunhaus in San Sebastian, Spanien”, en Wasmuth Monatshefte für Baukunst und Stadtebau, mayo de 1932, pp. 234-236. Traducido al español, “Casa o Barco? Club Náutico en San Sebastián, España.”
6 Ibid.
7 Ibid.

A excepción de este artículo, las publicaciones que presentan el Club Náutico apenas hacen mención de su figuración. En la memoria publicada en Documentos de Actividad Contemporánea A.C. no se hace mención explícita de la figuración náutica del edificio. Más bien, se trata ingenuamente de pasar por alto cuando se afirma que “(…) todo tiene la racionalidad y la justa dimensión que se encuentra en un trasatlántico. Si lo recuerda (no ha sido esta una preocupación de sus autores), es porque como aquel es algo creado con sinceridad, planteando claramente el problema, se ha tratado de hallar la solución 
más franca”8. Por el contrario, en el anuncio que la prensa local hace del edificio, los autores no tienen inconveniente en hablar de “una casa de mar” y de un edificio que da “la impresión de un barco atracado.”9

Entre el anuncio de la noticia de la ampliación del Club y la publicación de la memoria en AC existe un intervalo de 2 años. Cuando el edificio se publica en el A.C. las referencias a la filiación de Vers une Architecture desaparecen. Además, el texto ni siquiera menciona el axioma de los cinco puntos –publicado en Arquitectura pocos meses antes de la elaboración del proyecto– a pesar de que en el Club Náutico se aplican rigurosamente.10 “la ventana horizontal se impuso sin argumentación” se dirá escuetamente en la memoria.11 Parece evidente alguna nueva motivación que empuja a nuestros autores a matizar las intenciones que las fotografías ilustran descaradamente: puente de mando, cubierta, ojos de buey, barandillas e incluso salvavidas colgados.

En el primer texto, la definición de la idea del proyecto como “casa de mar” se explica en un contexto de promoción. Pero si la obra, estandarte del arte nuevo, debía ser en palabras de Ortega “impopular por esencia; más aún, (…) antipopular”12, su referencia a un objeto reconocible –un barco– podía hacer más digerible su irrupción en la decimonónica sociedad donostiarra, y con más motivo si su uso iba a ser el de un edificio entre la tierra y el mar, como un barco varado, casa-barco o barco-casa. El proyecto, de este modo, adquiere la condición de acontecimiento animador del veraneo en San Sebastián. Es otro más de los originales –y por qué no, extravagantes– ingredientes que se suma al nutrido programa estival que la capital guipuzcoana brinda a sus visitantes.


Aizpúrua y Aguinaga “a bordo” del Club Náutico, 1935. 

LE CORBUSIER, Vers une Architecture. El paquebote Aquitania.

La nueva sede del Real Club Náutico es el escenario perfecto para las fiestas de la capital guipuzcoana. Un edificio en el que no resulte fuera de lugar disfrazarse de marinero, lucir sombrero de capitán de barco o comportarse como en una fiesta a bordo del Queen Mary. Un escenario para el ocio con dosis surrealistas en la que la verdadera dimensión del lujo trasatlántico sólo es perceptible cuando éste está atracado y dialoga con la ciudad. La fotografía contrapicada en la que Aizpúrua y Aguinaga posan es elocuente. Ambos parecen mirar ensimismados hacia el horizonte y sin embargo no están mirando al mar. Sus miradas se dirigen hacia la ciudad porque la ciudad también les mira. Ambos están dispuestos y vestidos para que la ciudad les contemple y les admire. La escena está únicamente pensada para ser vista desde el paseo de la concha y para fotografiarse. Ni siquiera son visibles desde el mar. Por eso, conviene que el “barco” siempre esté atracado, porque es de hormigón, porque en realidad es una casa y un escenario idealizado, resultado de una sublimación del objeto naval, una concepción ultra-objetiva del barco. Quizá por eso, Alberto Sartoris, en su enciclopédico estudio sobre la arquitectura funcional no dudará en definir a Aizpúrua, y de paso a Mercadal, de ultraístas.13
8 LABAYEN, J. y AIZPÚRUA, J. M., “Real Club Náutico de San Sebastián”, en A.C., nº 3, Segundo trimestre de 1931, pp. 20-25.
9 Cfr. “Proyecto de ampliación del Club Náutico, de los arquitectos señores Aizpúrua y Labayen”, en el diario El País Vasco, 14 de diciembre de 1928.
10 LE CORBUSIER, “Cinco puntos sobre una nueva arquitectura”, en Arquitectura, marzo de 1928.
11 Ibid.
12 ORTEGA Y GASSET, José, “La deshumanización del Arte”, Revista de occidente, Madrid, 1925, pp.11-14
LC en SS j.a. medina murua LARS, cultura y ciudad




ANTEQUERA AZPIRI, P., caricatura de Aizpurua en La Nación, edición del 18 de mayo de 1930.


La crónica local entiende la reforma del club Náutico como un evento preparado para el veraneo. Así lo da a entender cuando opina que la iniciativa del Club Náutico es digna de imitarse “por ser la única manera de hacer turismo” y a continuación termina el artículo añadiendo que “otro aplauso sincero merecen los autores del proyecto, los jóvenes Labayen y Aizpúrua, por su originalidad y buen gusto, que es de llamar la atención”.14

En este contexto, no es difícil adivinar que, para los autores, el encargo se convierte en la oportunidad de sus vidas. Bien por las disposiciones que encuentran en su entorno y bien por la naturaleza del proyecto. El paradigma del paquebote como fundamento arquitectónico preconizado insistentemente por Le Corbusier se materializaba en San Sebastián. Los jóvenes arquitectos guipuzcoanos habían identificado cuál era la receta para el éxito: construir un barco de hormigón.

Aizpurua no tendrá inconveniente en confesarle a Giedion que la similitud del edificio con un barco les ha facilitado el camino. Giedion preguntará primero sobre las dificultades encontradas en la proyectación y construcción del edificio. Me gustaría pedirle una descripción así como un plano de construcción. Le rogamos tenga a bien enviarnos a Zurich directamente los documentos. 

Le estaría agradecido si pudiera darme los datos sobre las dificultades, sean morales u objetivas que Vd. haya tenido para la construcción del edificio, el tiempo que ha necesitado para la construcción, los gastos en comparación con otros concursantes, la construcción de las ventanas (¿de dónde viene el modelo?), y si es posible un detalle fotográfico mayor que ese que nos ha enviado en su foto no.6 Biblioteca Náutica. Reciba, sr., mis más respetuosos saludos, N.B.: ¿Qué hace el Grupo Español?

13 Cfr. SARTORIS, Alberto, Gli Elementi dell´Architettura Funciónale, Industrie Grafiche Italiane STUCCHI (S.A.), Via S. Damiano 16, Milano, 1932.
14 “Proyecto de ampliación del Club Náutico, de los arquitectos señores Aizpúrua y Labayen”, en El País Vasco, 14 de diciembre de 1928.

Aizpurua responde de manera elocuente al suizo: Tras las indicaciones que Vd. me indica en su carta del mes de Junio, le envío los planos delReal Club Náutico. En lo que respecta a la cuestión técnica le debo indicar que la construcciónfue hecha en hormigón armado. Tuvimos bastantes dificultades para la construcción ya que enEspaña esas cosas no están todavía demasiado bien resueltas. El costo del edificio -incluidoslos muebles- era de 200.000 pesetas y el plazo para la realización de 9 meses. El proyecto no fue a concurso. La sociedad nos lo pidió directamente porque la idea de la reforma fue iniciativa del Presidente del Club Náutico y nuestra. El proyecto fue aceptado por su similitud con un barco.

En efecto, desde la primera versión del proyecto –las dos restantes modificaciones no alteran en lo sustancial el proyecto– es claro que la idea es proyectar un barco de hormigón. Sin embargo, y volviendo al interrogante planteado, ¿por qué se elude la referencia a la idea de barco en la memoria que se publica en AC? Para 1931, la popularidad que la retórica náutica ha cosechado en el panorama arquitectónico es palpable. El fundamento del paquebote se ha extendido y se generalizan los motivos náuticos en todas las construcciones que pretenden apuntarse al carro de la modernidad. Como consecuencia de la popularización de esta tendencia, su esencia se vulgariza. Las revistas de arquitectura publican hasta la
saciedad innumerables ejemplos de edificios con motivos náuticos, y las críticas no se hacen esperar. Theo van Doesburg, aludiendo al Club Náutico de Aizpurua y Labayen en uno de sus artículos, es uno delos que advierten de los peligros del “paquebot-style”en la arquitectura moderna.15 Asimismo, otras referencias de Bruno Taut a propópósito del “estilismo” náutico reinciden en estas críticas. Incluso Giedion, en su afán por defender la nueva arquitectura en España, en un artículo que publica en 1931 a propósito del Club Náutico, consciente de que el punto flaco del edificio es su exagerada semejanza con un barco, trata de justificarlo aludiendo a que “con el pretexto de buscar una semejanza con la forma de un navío, los jóvenes arquitectos españoles Labayen y Aizpúrua han creado una de las primeras realizaciones españolas lógicas, estudiadas a fondo y en perfecta conformidad con las tendencias de nuestra época (…) en los países meridionales se necesita mucha iniciativa y un verdadero discernimiento para conseguirlo” 16.

Existe un hecho concreto que puede ayudarnos a comprender este cambio de actitud que no es sino el encendido debate que protagonizan Le Corbusier y los postulantes de la concepción objetiva del CIRPAC en una de sus reuniones en Basilea en 1929. A esta reunión acude Aizpúrua con el otro miembro del Grupo Norte, Luis Vallejo. 17 No sabemos hasta que punto pudo el donostiarra ser consciente de lo vivido. Lo que es evidente es que había sido testigo directo de la crítica que la objetividad le había lanzado al maestro suizo. El descubrimiento de otra nueva concepción funcionalista –más científica– que hacía frente a la que había defendido Le Corbusier debió hacerle pensar, quizá, que el maestro Jeanneret encarnaba el equivalente arquitectónico al primer amor de juventud. El Club Náutico –un edificio que cumplía a rajatabla los cinco puntos de Le Corbusier y encarnaba la lección del paquebote–, pasaría a ser una locura de juventud.

15 VAN DOESBURG, T., “Architectuurvernieuwingen in Spanje, Polen, Japan enz.”, en Het Bouwbedrijf, vol. 7, nº 7, 28 de marzo, 1930, pp. 145-149. Las palabras del Holandes resultan elocuentes: “En uno de mis anteriores artículos señalé del peligro de derivar dimensiones, formas y proporciones de la arquitectura naval o de las construcciones económicas de los coches-cama, etc.–y que responden a propósitos bien distintos– a la arquitectura ‘rabiosamente moderna’. Le Corbusier fue uno de los primeros en introducir este gusto por el estilo-paquebote.”
16 GIEDION, Sigfried, “L´Architecture contemporaine en Espagne” en Cahiers d´Art, nº 3, 1931, págs. 157-164.
17 El encuentro de Basilea se celebró en el Hotel Krafft en febrero de 1929 y a ella acudieron Aizpúrua y Vallejo en representación española. Además de ellos, en la comisión participaron Bourgois, Breuer, Le Corbusier, Frank, Häring, May, Sartoris, Schmidt y Stam. Cfr. “Lista de los miembros del Comité Internacional presentes en la asamblea de Basilea del 2 de febrero de 1929”, GTA: 42-2-1-13, GTA Archive, ETH, Zúrich.


 
Artaria y Schmidt, Casa Schaeffer en Riehen, 1929. 

Labayen y Aizpúrua, Casa para Jesús Olasagasti, Fuenterrabía, 1931.


Es de suponer, que de ser esto así, el desarrollo de esta idea iría madurando paulatinamente. Aún le daría tiempo a hacerse preguntas a propósito de lo que había visto en Basilea y, por lo tanto, a deshacerse poco a poco de las ideas los impulsos de esa etapa “estudiantil”. Al proyecto del Club Náutico le sucederían otros dos, el de las escuelas en Ibarra y el de la ampliación del Casino de Tolosa en el que todavía veremos pilotis, ventanas rasgadas y una estructura desvinculada de la fachada. Los dos se proyectan en 1930. Sin embargo, serán los últimos.

El enorme parecido que el proyecto que Aizpúrua y Labayen desarrollan posteriormente con una construcción de Artaria y Schmidt delata la evidente influencia que la reunión de Basilea tiene en el desarrollo de su obra. En efecto, el viaje a Basilea permitió a Aizpúrua, entre otras cosas, conocer la casa Schaeffer.
18 El impacto de la obra en Aizpúrua debió de ser enorme por lo que se deduce de los proyectos que desarrollará más tarde. El entusiasmo por el estilismo náutico y por ese cocktail de vanguardias característico de su obra de juventud irá transformándose en una sobria y depurada plástica fruto de su madurez arquitectónica.

El día que Le Corbusier visitó San Sebastián conoció el Real Club Náutico de San Sebastián. No sabemos cual fue su impresión al recorrer el edificio y escuchar las explicaciones de sus autores pero, ciertamente, este hecho merece la pena ser considerado por un instante. Por decirlo de alguna manera, el Club Náutico era un edificio que podría ser más de Le Corbusier que del propio Le Corbusier. Quizá el maestro asistió orgulloso a la contemplación del edificio de sus discípulos que materializaba fielmente sus ideales. Quizá, quien sabe, Le Corbusier asintió ruborizado a las explicaciones de los jóvenes arquitectos ante la esperpéntica situación de comprobar tamaña literalidad en la aplicación de sus tesis: los entusiastas guipuzcoanos, en el afán de reproducir el paradigma náutico, habían construido, pues, un barco de hormigón.
19










18 Cfr. “Preparación del segundo Congreso Internacional de Arquitectura Moderna” en Arquitectura, marzo de 1929. El artículo se acompaña por unas fotografías y unas plantas croquizadas de la casa Schaeffer.

19 La anécdota remite a aquella otra ocasión en Madrid en la que Le Corbusier, mientras visitaba otro ejemplo de la arquitectura moderna española –la casa del Marqués de Vilora de Bergamín y Blanco Soler– no dejaba de exclamar escandalizado por lo que estaba viendo: “Mon Dieu! Mon Dieu!”