Dia del Patrimonio - 2008-2009-2014 El Patrimonio Religioso - El Patrimonio Científico y Técnico - El Patrimonio Conmemorativo



LA CONMEMORACION DEL DÍA INTERNACIONAL DEL PATRIMONIO AUSPICIADA POR LA UNESCO. UNA OCASIÓN DE ENCUENTRO ENTRE GESTORES, EXPERTOS Y CIUDADANOS, EN ARAS DE LA ACERTADA VALORACIÓN Y CONSERVACION DE NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL

El día Internacional de los Monumentos y Sitios fue instaurado por ICOMOS el 18 de abril de 1982 y posteriormente aprobado por la UNESCO en su 22ª sesión. Con la proclamación de este día se pretende sensibilizar a la ciudadanía sobre la diversidad del PATRIMONIO en el mundo y sobre los esfuerzos que requiere su protección y conservación, así como llamar la atención sobre su vulnerabilidad.
Desde aquel año, multitud de países e instituciones organizan distintas actividades para celebrar este día, en la mayoría de los casos en colaboración con los comités correspondientes de ICOMOS, organismo no-gubernamental asesor de la UNESCO en materia de preservación del patrimonio cultural.

Cada año, la celebración de este día se asocia a un tema específico. Así, por ejemplo, y por citar los más recientes, el año 2006 se dedicó al Patrimonio Industrial y el 2007 a los Paisajes Culturales y Monumentos Naturales. El año 2008 este evento está dedicado al patrimonio religioso y los sitios sagrados.

Tanto la integración y colaboración con ICOMOS y por tanto con la propia UNESCO, como la instauración de la celebración del día internacional del patrimonio, resultan de gran importancia e interés para la ciudad, no solo por lo que supone en cuanto a asegurar la acertada valoración y conservación de su patrimonio cultural, sino también porque ello contribuirá a facililtar su posible designación como capital europea de la cultura. 

La Asociación en Defensa del Patrimonio de Donostia-San Sebastián organiza -en base al tema que ICOMOS ha seleccionado para este año ¨el patrimonio religioso y los sitios sagrados¨-, una serie de actos, conferencias, visitas guiadas etc.. con objeto de conmemorar el DÍA INTERNACIONAL DE LOS MONUMENTOS Y SITIOS DE DONOSTIA/SAN SEBASTIÁN el próximo día 18 de abril.

El acto principal y más representativo de estas Jornadas, consistirá en una invitación formal por parte de todos los representantes de las Instituciones, Asociaciones y Entidades (con interés en el estudio, protección y puesta en valor del patrimonio), presentes, al Excmo. Sr. Alcalde y al Gobierno Municipal, a que Pretendemos, además de mostrar los elementos patrimoniales más destacados de la ciudad que son o fueron de carácter religioso (como el propio Museo San Telmo (antiguo convento dominico, la iglesia de San María, la iglesia de San Vicente, el Convento de Santa Teresa, el Museo Diocesano y otros elementos más modernos, como la iglesia de la sede de la Universidad de Deusto), dar a conocer el contexto histórico de los que son reflejo y exponer las razones de su importancia en la sociedad actual.

Lo esencial es marcar este día para que sea reconocida internacionalmente la labor y el interés del Ayuntamiento y la ciudad de Donostia-San Sebastián en su Patrimonio y la cultura en general, y a la vez contribuya poner de manifiesto su valor e importancia.







El Patrimonio Religioso

A la hora de estudiar el concepto de patrimonio en Occidente, es imprescindible hacer referencia al fenómeno religioso cristiano.

Entendemos por patrimonio el conjunto de bienes culturales, materiales o inmateriales, que sin límite de tiempo ni lugar, han sido heredados de los antecesores y se han reunido y conservado con el objeto de ser transmitidos a las generaciones futuras.

La Iglesia es esencialmente conservadora porque ha de guardar con sumo cuidado el depósito de la fe que ha heredado de la tradición apostólica y, en consecuencia, también se preocupa por favorecer el culto a los objetos y lugares que tienen que ver con la experiencia religiosa. Estos elementos que hacen referencia a la fe los considera como auténtico patrimonio del que ha de responsabilizarse para transmitirlo a las generaciones futuras de creyentes. En este aspecto serán los santuarios, las reliquias de los santos y mártires y las peregrinaciones para venerarlas quienes nos den una idea más precisa de cómo se va formando, poco a poco, la idea de patrimonio dentro de la lglesia.

Porque conviene recordar que las Iglesias del Occidente cristiano, además de ser centro de la vida espiritual, albergaban un riquísimo repertorio de reliquias, ornamentos e incluso trofeos de guerra amén de otros objetos maravillosos insólitos o raros como copas y navetas de cristal, cuernos de marfil, huevos de avestruz, huesos de mamut, o lagartos que evocaban el universo profano de las epopeyas medievales y su fascinación por las gestas y prodigios.

Estos ricos thesauros son antecesores directos de las cámaras de maravillas y colecciones artísticas impulsadas por los monarcas y grandes mecenas, y por tanto pueden considerarse también como el primer antecedente del museo actual.

Este heteróclito almacén de reliquias y de bienes acumulados espontáneamente a través de los siglos se valora no tanto por sus cualidades formales o su valor estético, sino por su significado simbólico que va más allá del placer que produce la contemplación de la belleza. Porque para los hombres del medievo todo aquello que a sus ojos presentaba algún valor, debía ofrecerse a Dios. Huesos de mártires, estatuas votivas, alhajas y adornos profanos, tableros de ajedrez, botines de guerra, ornamentos litúrgicos y testimonios varios de razas fabulosas, son ofrendados al más allá y sustraídos del ámbito de la vida práctica y del comercio entre los hombres para ingresar en una esfera trascendente e intocable, siempre sometidos a una protección especial que deriva de la propia sacralidad del lugar.

La Iglesia católica es todavía en España el primer titular en cantidad de bienes inmuebles históricos y el segundo en bienes muebles, sólo superada, en cuanto a obras de arte se refiere, por el propio Estado. La enorme relevancia de los bienes de interés cultural de carácter religioso que se encuentran en el interior de las iglesias y conventos es algo incuestionable, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo.

Nuestros cascos históricos conservan aún en buena medida una fuerte impronta de civitas christiana.
La adscripción estilística de estos bienes es tan amplia como la propia historia del arte, puesto que la Iglesia católica nunca consideró como propio estilo artístico alguno, sino que acomodándose al carácter y condiciones de los tiempos aceptó las condiciones de cada tiempo.

El patrimonio inmueble de la Iglesia en España está cifrado en más de 60.000 edificios de todas las épocas, estilos y materiales, que contienen una cantidad todavía no fijada de bienes muebles de muy diversa naturaleza: retablos, esculturas, pinturas, orfebrería, ornamentos sagrados, indumentaria, exvotos, campanas, etc., además de archivos y bibliotecas que documentan todo tipo de hechos históricos y preservan en el tiempo creaciones musicales y literarias.

Como medida para la preservación de este riquísimo patrimonio sería fundamental contar con un inventario completo y pormenorizado de los bienes de las instituciones eclesiásticas, algo que ya existe por ejemplo en la diócesis de Vitoria gracias a la dedicación de la que fue insigne historiadora del arte Micaela Portilla o en Navarra, gracias al equipo redactor del Catálogo Monumental de Navarra, dirigido por Mª Concepción García Gainza. Para el Territorio guipuzcoano aún no disponemos, por desgracia, de un trabajo similar.

No puede decirse, sin embargo, que el patrimonio cultural de la Iglesia en Gipuzkoa se encuentre en situación de desprotección o abandono. Por ceñirnos al caso de San Sebastián, vemos como numerosos monumentos religiosos de la ciudad han experimentado o están experimentando importantes intervenciones:

-Es el caso de la Parroquia de San Ignacio en Gros, que fue objeto de una brillante restauración. 

-O más recientemente la Parroquia de San Vicente que tras la campaña que tuvo por objeto la arquitectura del templo y su espléndido retablo mayor ha visto restaurados también los colaterales.

-Y la renovación de la emblemática torre del campus de la Universidad de Deusto en Mundaiz.

-También el convento de Santa Teresa, que ha sido objeto de una profunda rehabilitación para reconvertido ahora en espacio museístico.

-El Museo de San Telmo (antiguo convento dominico) se encuentra asimismo inmerso en pleno proceso de rehabilitación también con vistas a su adaptación al nuevo proyecto de Museo.

- La Basílica de Santa María, que acaba de ser cerrada al público por obras, la vemos rodeada desde hace ya una temporada por unas altísimas grúas con las que se está procediendo a la reparación de su cubierta. Estas obras están siendo posibles gracias a una importante aportación económica del Ayuntamiento y la Diputación.

Es justo reconocer, por tanto, que se esta llevando a cabo un importante esfuerzo en este campo, en general con magníficos resultados. Probablemente este sector –el del patrimonio sacro- sea uno de los mejor atendidos y mimados por las instituciones. A esto hay que añadir la próxima construcción de un edificio contemporáneo que incorporará valores arquitectónicos singulares, como es la parroquia de Riberas de Loyola, cuyo proyecto ha sido encargado a Rafael Moneo.

Con todo, el panorama no es del todo halagüeño, pues existen fuertes amenazas como la proveniente de la implacable presión inmobiliaria, muy agresiva con los entornos de algunos monumentos religiosos de la ciudad. En este sentido, hay que lamentar por ejemplo y muy especialmente, la escasa sensibilidad que se ha demostrado al autorizar la demolición de un antiguo inmueble de viviendas en la C / Mari, sustituyéndolo por un nuevo bloque cuya altura excesiva oculta parcialmente la vista de las torres de Santa María desde el puerto, privándonos de una de las perspectivas más clásicas y queridas por los donostiarras. Nos tememos que se proceda ahora a idénticas elevaciones en las casas vecinas, amparándose en la declaración de Área de Rehabilitación Integrada de esta zona, para desembocar en la completa modificación del perfil tradicional de esta calle. Las torres de la Basílica podrían quedar en poco tiempo definitivamente desdibujadas tras los nuevos levantes. El Ayuntamiento no hace nada por frenar la penosa situación de degradación de estos antiguos edificios incluidos en el recinto del Conjunto Monumental de la Parte Vieja. En vez de rehabilitar, proteger y conservar se prefiere optar por el derribo, económicamente más rentable.

-La presión inmobiliaria también ha estado a punto de acabar con el histórico convento del cerro de San Bartolomé –salvado in extremis por un grupo de ciudadanos e intelectuales que creo una plataforma al efecto- A pesar de ello vamos a ver la parte delantera del convento de la Compañía de María transformada en viviendas.

-Algo similar ocurre con el convento de Kristobaldegui, en Txomin Enea, habitado por las hermanas Concepcionistas franciscanas que van a ser su entorno inmediato profundamente modificado por la altísima densidad de construcciones que se propone erigir en los alrededores. Al parecer este último recinto conventual va a ver drásticamente reducida su superficie actual de 10.000 a 2.800 m2 , procediéndose al derribo de un ala del mismo y a la edificación 1.233 nuevas viviendas en los terrenos resultantes.

-Al convento de las hermanas Reparadoras en el centro de la ciudad, que ya se vieron obligadas a ceder hace años parte de su superficie a los Juzgados, también le depara un futuro incierto tras el inminente cierre debido a la severa crisis actual de vocaciones, tras más de un siglo de presencia en nuestra ciudad. Desde luego, nunca se agradecerá lo suficiente la labor llevada a cabo por la Iglesia en el campo de la conservación del patrimonio cultural.

Estos son dos problemas, el de la drástica reducción del número de religiosos, junto con el de la presión inmobiliaria que comprometen el futuro de un parte importante del patrimonio religioso. Queremos aprovechar el lema de estas Jornadas Internacionales para llamar la atención sobre ello.










Día Internacional del Patrimonio 2009

Generalmente cuando hablamos de patrimonio cultural, pensamos, en objetos valiosos, pertenecientes, sobre todo, al terreno del arte, de la artesanía y la arquitectura; quizá también en la literatura, la música culta y con más frecuencia, en las tradiciones populares. Estas referencias no abarcan todo lo que compone el patrimonio cultural de la humanidad: quedan enormes lagunas por tratar, entre las cuales se halla el patrimonio científico y técnico.

Podemos considerar que compone el patrimonio científico y técnico de una comunidad cultural todo aquello que se refiera a la actividad científica y técnica, considerando como tal no solamente la investigación, sino también la enseñanza, las aplicaciones industriales, agrícolas y referidas al transporte, la divulgación de masas, la artesanía, etc.

Dentro de una posible clasificación del patrimonio científico en: escrito, grabado y de objetos y construcciones, nos hemos querido centrar en este último, por ser sobre el que pesan las amenazas más serias e inmediatas.

Locales, edificios, o conjuntos de edificaciones que han acogido la actividad científica o técnica (pongamos por caso, un laboratorio o un centro de enseñanza, una fábrica); también el mobiliario, los instrumentos científicos (para la investigación o la docencia); las instalaciones portuarias, las vías de comunicación (carreteras, puentes, túneles, ferrocarriles o funiculares), los pantanos, los canales, los edificios industriales, las máquinas, el conjunto de las instalaciones de una fábrica o de un servicio, sin olvidar los productos fabricados (un automóvil, una brújula giroscópica). También tendríamos que considerar las obras de arte que representan o se vinculan con la actividad científica y técnica, incluidas las composiciones musicales.

Todos ellos frutos de diferentes tipos de actividad: productiva (industrial, agrícola, de transporte), de enseñanza y de divulgación y de investigación científica y técnica, que aunque bien diferenciadas, no se pueden entender las unas sin las otras. El desarrollo agrícola e industrial y el del transporte y las comunicaciones han tenido lugar gracias a la aplicación de conocimientos científicos y tecnológicos obtenidos tanto en el mismo mundo de la producción como en las instituciones académicas. La posibilidad de utilización del conocimiento existe gracias al sistema educativo y a la divulgación. Finalmente, el mundo del conocimiento y de la investigación científica y tecnológica, aunque fue durante un largo periodo una actividad personal, se ha convertido en esencialmente institucional, con el apoyo de compañías y empresas pero, sobre todo, de las administraciones públicas. Este apoyo (que, de hecho, podemos remontar a los médicos o astrólogos al servicio de los príncipes o reyes en la antigüedad) es posible porque consideran que la actividad científica y técnica reporta beneficios importantes, tanto en sus aplicaciones como por la imagen de prestigio o de poder que concede.

En suma: tendríamos que tener en cuenta siempre que se trate de este tipo de patrimonio, un sistema compuesto por ciencia técnica/enseñanza-divulgación-industria-agricultura-transporte-comunicaciones.

En el caso de nuestro territorio, este sistema se suele presentar bajo un cierta distorsión por el hecho de que la ciencia y la tecnología empleadas en la agricultura y la industria tienen (y tienen muy a menudo) origen fuera de las fronteras políticas españolas, generalmente en Europa y, desde final del siglo XIX, también en América del Norte. Sin embargo creemos que es un error considerar esta ciencia y esta tecnología como “extranjeras”, porque excluye el hecho que nuestro país estuviera ya en el pasado económicamente integrado en una formación social más amplia y no formalizada: Europa o, tal vez, ciertas regiones europeas. Según pensamos, los estados-nación que se consolidaron en el siglo XIX y las ideologías nacionalistas que los promovieron han enmascarado realidades sociales más profundas.

Del Patrimonio Científico y Técnico, forman parte los locales, y edificaciones que han acogido la actividad científica o técnica (pongamos por caso, un laboratorio o un centro de enseñanza, una fábrica); también el mobiliario, los instrumentos científicos (para la investigación o la docencia); las instalaciones portuarias, las vías de comunicación (carreteras, puentes, túneles, ferrocarriles o funiculares), los pantanos, los canales, los edificios industriales, las máquinas, el conjunto de las instalaciones de una fábrica o de un servicio, sin olvidar los productos fabricados (un automóvil, una brújula giroscópica).

En un territorio tan industrializado como en el que vivimos y en una ciudad como San Sebastián, pionera en muchos aspectos de la innovacion tecnológica, se han ido perdiendo la mayor parte de los elementos heredados de este tipo de patrimonio. Fábricas, instalaciones industriales, mercados, centros docentes, estructuras de transporte y ocio, que debidamente rehabilitadas podrían seguir siendo útiles a la sociedad, ha sido eliminadas, debido en gran parte a la gran presión urbanística que seguimos sufriendo.

La ciencia y la tecnología han hecho posible el bienestar que sobre todo en los Paises desarrollados disfrutamos quienes los habitamos. De hecho, el grado y la generalización de la aplicación de los más recientes descubrimientos científicos y los avances tecnológicos, constituyen una de las principales señas de identidad del llamado “Primer Mundo”.

Los elementos patrimoniales que asumen y resumen esos avances científico-técnicos en nuestra ciudad a lo largo de sus distintas épocas, son de una importancia fundamental para comprender nuestra historia, de modo que a través del conocimiento de los distintos periodos recorridos hasta alcanzar los actuales niveles de civilización y bienestar, tengamos conciencia de quienes somos y sepamos como afrontar mejor nuestro futuro. Esta perspectiva histórica es la que nos permite desechar o revalorizar, lo que sea más conveniente para la sociedad actual.

Si bien los más importantes y últimos avances científicos son explicados a través de centros como el kutxaespacio de la ciencia en Miramón, el extensísimo saber heredado y su trascendencia cultural en nuestro tiempo, casi ya post-industrial, es insuficientemente valorado, protegido y conservado.

El valor del patrimonio mueble e instrumental es demasiado a menudo ignorado por nuestras autoridades locales, así como el de los edificios que los albergaban, que como la Fábrica de Gas, el Mercado San Martín, el Mercado de la Bretxa, la empresa Bebidas y Bodegas, Cervezas el Leon, los EUTG etc... son casi siempre las primeras víctimas de un desarrollo urbanistico mal planteado, que derrocha suelo con la construcción de viviendas unifamiliares en grandes zonas urbanizadas y colmata el centro histórico con proyectos de urbanización inadecuados que lo degradan, provocando la desaparición de numerosos bienes y espacios culturales.

Y sin embargo el interés por la historia del desarrollo científico y técnico en cualquiera de los sectores productivos de nuestra sociedad crece cada día en la misma medida que nuestro nivel cultural. Nuestro territorio está creando un considerable número de Museos que muestran nuestro rico pasado Industrial y técnico (como el del Ferrocarril en Azpeitia, el conjunto ferro-molinero de Agorregi, el Museo Territorial Lenbur, que reúne en Legazpia a la Ferrería de Mirandaola a la Fundición de San Miguel, al Molino Igeralde y al coto minero de Katabera-Udana, el Museo Xaxu de la Confitería en Tolosa, la Fundación Museo de Máquina Herramienta, en Elgoibar, el Museo del Cemento de Añorga, de carácter privado, o el Museo Vasco de la Fotografía, en Zarautz. El proyecto de Museo de la Sal en Leintz Gatzaga y, el Parque Cultural de Zerain, la Serrería de Larraondo. Las minas de Irugurutxeta en Irun o el cargadero de mineral de costa de Molla-Arria, en Zarautz) que son cada vez más apreciados y visitados. También las exposiciones temporales que ofrece en nuestra ciudad uno de los escasos espacios museísticos activos en la actualidad, el Museo Naval, despiertan gran interés y una más que notable asistencia de público.

Por ello resulta especiamente necesario en la capital de Gipuzkoa, frenar la continua desaparición de elementos patrimoniales muebles e inmuebles de este tipo, y reconvertir los pocos que quedan en pie, en activos culturales y turísticos tal y como se viene haciéndo en el resto de Europa desde hace décadas.

De la larga lista de elementos de nuestro patrimonio industrial perdidos para siempre, el caso de la Fábrica de Gas es uno de los más graves e incomprensibles. Una instalación única en Europa, que podía haberse convertido sin apenas esfuerzo en un ejemplar museo de la Ciencia y la Energía, y que en principio se iba a conservar como sede de la Filmoteca Vasca, ha sido finalmente derruida, y solo una pequeña parte va a reconstruirse en otra ubicación.

Otra pérdida muy reciente, es la del edificio de la empresa Bodegas y Bebidas, antigua Savin, en el paseo del Urumea, que también podría haberse reconvertido en un excelente equipamiento social o cultural del que esa amplia zona de la ciudad carece, y que ha sido derribado para dejar lugar a unos bloques de viviendas.

A pocos metros, la Escuela de Estudios Universitarios Técnicos de Gipuzkoa E.U.T.G. , sede de la Universidad de Deusto en San Sebastián, obra de Miguel Oriol (1961) En origen un conjunto de edificios de diverso volumen, diseño y función (2 torres de despachos, tres conjuntos de aulas, residencia para la Comunidad de Jesuitas, Administración; Biblioteca, Centro de cálculo, etc.) construidos en torno a una original iglesia (dotada de una torre de tres puntas) y de un gran patio central. Todos ellos unidos por una galería, y unidicados por los materiales constructivos predominantes (ladrillo y teja). Organizados en torno a diversos patios secundarios ajardinados y adaptados de modo ejemplar a la topografía y forma triangular del terreno. Perdió sus características originales en cuanto a distribución orgánica y a la reducida escala de sus edificaciones, y su contraste con los efectos más monumentales producidos por las torres y el campanario, con el derribo una parte sustancial del conjunto, incluida una torre de nueve plantas.

El nuevo edificio, produce aún antes de ser terminado, un gran impacto visual en la zona, caracterizada por la pequeña escala y la respetuosa integración de sus arquitecturas en el medio natural que las rodea.

Existen también en ese mismo camino que de Eguia lleva a Mundaiz, una serie de edificios de usos industriales de la mejor época de la arquitectura racionalista, firmados algunos por Mocoroa, que se prevene derribar en breve.

Dentro de los edificios destinados a la enseñanza, no podemos dejar de mencionar el previsto derribo del que alberga el Instituto de Enseñanza Media Peñaflorida obra de Luis Jesús Arizmendi. Construcción de indudable interés, en perfectas condiciones de uso, y cuya singular estructura en forma de cruz permite dos zonas ajardinadas , pobladas con numerosos árboles de gran tamaño. Se alega para su eliminación y la de los jardines, la creación de unas pistas de deporte. Puesto que ya existen otras en el nuevo centro de enseñanza de Morlans, resulta a todas luces injustificable el enorme gasto que va a suponer toda la operación. Quizás, como ya se hizo hace décadas con una de sus fachadas, se podrían ampliar las ventanas de la parte trasera y renovar su revestimiento.

Entre tantas, tan dolorosas y tan continuadas pérdidas patrimoniales, el grado de protección otorgado en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Catalogado al Acueducto de Ulía y a los distintos Faros, e incluso la buena noticia que supone la protección de la Fábrica de Coca Cola, no son motivos suficientes para desmentir la triste constatación de que nuestro Gobierno Municipal ni valora ni protege como debiera, el patrimonio en general, y mucho menos el científico-técnico.Palmario ejemplo del desinterés del Ayto. por su patrimonio es el caso de la antigua Clínica San Antonio, actual sede de Osalan, notable edifico de aire colonial, sobre el que se duda si derribarlo o remodelarlo para hacer en cualquiera de los dos casos el mismo número de viviendas.

También el Instituto de Formación Profesional de Martutene iba a ser derribado sin otro motivo que el de haberse convertido en precario alberge de un grupo de inmigrantes, hasta que la intervención de los vecinos y de Aranzadi, que lo reclamó como su sede, lo impidió.

Incluso la cubierta del Hipódromo de Lasarte, corre peligro de perder un tercio de su superficie debido a unos planes urbanísticos que según la ley del Patrimonio, deberían supeditarse a su conservación y no al revés como ocurre casi siempre.

Aún, y para finalizar tan desolador panorama, queda pediente de la pertinente decisión municipal, el futuro de la fábrica Luzuriaga de Pasajes, sobria e imponente edificación de inspiración clásicista, el mas sobresaliente elemento del casi extinto patrimonio industrial de la ciudad, sobre la que un grupo de personalidades de la cultura y de vecinos, han presentado un proyecto de rehabilitación que permitiría rescatarla como equipamiento de múltiples usos, en lugar de demolerlo como se pretende.








El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios /ICOMOS ha escogido este año el tema del Patrimonio Conmemorativo para la celebración del Día de los Monumentos y Sitios. Será una buena ocasión para que los miembros del ICOMOS -de diversas partes del mundo- consideren las diferentes dimensiones del conocimiento, la conservación y la presentación de este patrimonio. Esta es también una nueva oportunidad para que ICOMOS pueda establecer vínculos con las autoridades propietarias o que administran los elementos que forman parte del Patrimonio, dándo a conocer los principios de conservación por los que se rigen.  

Las formas de este tipo de patrimonio de la conmemoración realizadas específicamente para celebrar un acontecimiento, un personaje, una idea... son muy diversas. Comprenden desde elementos arquitectónicos excepcionales, a las inscripciones grabadas, los mausolesos, las obras de escultura monumentales, o las realizaciones mas modestas de las tradiciones populares y también de elementos en lugares consagrados, cementerios o jardines históricos.También de aquellos a los que se les ha dotado de un valor conmemorativo como por ejemplo, las ruinas o vestigios industriales con placas conmemorativas o espacios públicos cuya toponimia recuerda un hecho histórico o una personalidad relevante. 

Este año dado su valor simbólico desde el punto de vista cultural y urbanístico, y la amenaza de derribo que pesaba sobre el teatro Bellas Artes lo elegimos como protagonista y nexo de unión entre las distintas actividades que organizamos. Cabe añadir que gracias a las gestiones realizadas ante ICOMOS-UNESCO y a la inestimable profesionalidad y dedicación de su vicepresidente para la arquitectura del siglo XX: Fernando Espinosa de los Monteros pudimos impedir su demolición.